jueves, 23 de enero de 2020

Los 100 años de Javier Pérez de Cuéllar y los ‘Cascos Azules’ de la ONU

Con ocasión de la celebración de los 100 años de edad que acaba de cumplir Javier Pérez de Cuellar, diplomático, jurista y humanista, deseo sumarme al homenaje del peruano más ilustre del Perú y del mundo a través de estas líneas, destacando la labor que le tocó desempeñar al frente de las Naciones Unidas y su papel descollante en la diplomacia internacional, la defensa de los derechos humanos y la importancia de las fuerzas de mantenimiento de paz, conocido como los “cascos azules”. 

La diplomacia del Secretario General de la ONU
En sus dos períodos como Secretario General (entre 1982 y 1991) y con una diplomacia eficaz revitalizó el papel de la organización de las naciones unidas y supo intervenir en el momento oportuno en las negociaciones internacionales, ya sea para evitar una conflagración bélica entre las potencias o intervenir en la solución negociada de los conflictos armados. Su visión internacional para mantener la paz y la seguridad internacional estuvo centrada en los ideales de la humanidad buscando preservar siempre la defensa y la promoción de los derechos humanos colectivos (tercera generación) desde el derecho a la paz, la defensa de la democracia, las libertades fundamentales, la cooperación, la asistencia humanitaria y la protección del medio ambiente. 

Premio Nobel de la Paz
Durante su gestión  y en nombre de las Naciones Unidas recibió el Premio Nobel de la Paz 1988, por la labor desplegada de las  Fuerzas de  Mantenimiento de Paz  en regiones de conflicto armado. Estas fuerzas de paz conocida como “Cascos Azules”  participan con personal militar proveniente de diferentes países del mundo. Actualmente existen 13 operaciones de mantenimiento de paz de las Naciones Unidas desplegadas en varios continentes. Ahora se habla de misiones de paz multidimensionales en la que ya no solo se interviene militarmente sino en generar condiciones políticas favorables para llevar a cabo el proceso, la firma y la consolidación de la paz en aquellas sociedades en conflicto. De ahí que en su discurso afirmaba que “La esencia del mantenimiento de la paz es el uso de soldados como catalizador de la paz, más que como instrumentos de guerra” . 

Las fuerzas de paz y el rol de los Cascos Azules
Ahora las fuerzas de mantenimiento de paz en el terreno no solo va  desde patrullar y garantizar la seguridad y la estabilidad en las misiones, sino a llevar a cabo actividades conjuntas con personal civil y policial el cual comprende desde la vigilancia de los derechos humanos, supervisión  de elecciones, restaurar el estado de derecho, desarme entre facciones, asistencia humanitaria, repatriación y reasentamiento de refugiados. El éxito de estas misiones está en la diplomacia, la argumentación, la persuasión y la capacidad negociadora en la solución de los conflictos buscando una salida política antes que militar. Por experiencia propia del trabajo profesional civil transitado desde la Misión de Naciones en Guatemala (MINUGUA) y la Misión de Reconciliación e Integración en Timor del Este (UNMIT) permitió conocer en el terreno mismo la técnica eficaz de intervención de las Naciones Unidas en países en conflicto y lograr la pacificación. Alcanzar la paz es difícil y por momentos desalentadora, pero tal como señala Javier Pérez de Cuellar: “Mi respuesta invariable se reducía a una palabra: serenidad. Serenidad que me permitía la reflexión, el enfoque correcto, la decisión equilibrada ante la varia situaciones que se presentaba” . Las misiones de mantenimiento de paz siguen contribuyendo con la pacificación en el mundo frente a los conflictos armados, es tarea de la organización internacional seguir contribuyendo con promover la paz y seguridad internacional.

El legado
El legado del embajador Pérez de Cuellar constituye fuente de inspiración para las futuras generaciones vinculado al mundo de la diplomacia y las relaciones internacionales y todo aquel  que ejerza un trabajo relacionado con la justicia, la paz y la dignidad es un protector de la paz en el mundo y un defensor de los derechos humanos. Honrar tal compromiso es el mejor tributo que podemos rendirle en reconocimiento a su brillante trayectoria.

jueves, 2 de enero de 2020

Los desafíos de la Junta Nacional de Justicia

Acaban de ser nombrados los nuevos miembros de la Junta Nacional de Justicia. ¿Qué sabemos de esta institución y qué desafíos tendrán que enfrentar una vez que asuman sus funciones?. Recordemos que esta institución remplazó al Consejo Nacional de la Magistratura el cual fue desactivada por los escándalos de corrupción que envolvió entre sus integrantes y del cual obligo a que renunciaran al cargo. En el 2018 el Congreso mediante reforma constitucional aprobó la creación de la Junta Nacional de Justicia y luego fue ratificada mediante referéndum en diciembre del mismo año. En febrero del  2019 el Congreso aprobó la Ley Orgánica de la Junta Nacional de Justicia para su funcionamiento.

Tras una fallida primera convocatoria de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia, la Comisión Especial llevó a cabo una segunda convocatoria, eligiendo a los 14 consejeros, 7 como titulares y 7 como suplentes el cual permitió garantizar un equilibrio profesional en la conformación de los nuevos consejeros provenientes del ámbito académico, de la judicatura y con experiencia en el servicio público. Nada deslegitima la elección y no debemos permitir cuestionamiento alguno del proceso de selección el cual fue llevado de manera impecable en todas sus etapas y fue vista las entrevistas a nivel nacional.

Ahora la nueva Junta Nacional de Justicia, -organismo constitucionalmente autónomo- deberá organizarse institucionalmente y contar con recursos adecuados para su funcionamiento y de esta manera llevar a cabo los procesos de elección, ratificación y /o destitución de magistrados del Poder Judicial y Ministerio Público en los diferentes niveles de impartición de justicia, así como deberá elegir a los Jefes de ONPE y RENIEC. La ciudadanía espera con mucho optimismo que los nuevos consejeros trabajen con honestidad, con transparencia y sepan actuar con valor frente a las destituciones que tendrán que realizar de aquellos magistrados que se coludieron con la corrupción.  

Esperemos que los nuevos integrantes no se dejen avasallar por la presión de intereses y logren dentro de su mandato convertirse en una institución seria, autónoma y de credibilidad institucional que garantice un sistema judicial independiente, honesto y eficaz en salvaguarda de los derechos fundamentales de los ciudadanos.